
Un bit es la unidad mínima de información, que representa 0 o 1. En las blockchains, cada dirección, transacción, hash y firma es una secuencia de bits ensamblados como datos. Sin los bits como base fundamental, los datos no podrían almacenarse, transmitirse ni verificarse con precisión.
En la práctica, factores como el “tamaño de transacción”, las comisiones de mineros o el gas, y la codificación de direcciones en códigos QR dependen directamente del número de bits involucrados. Comprender los bits explica por qué varían las comisiones, por qué almacenar datos en la cadena resulta caro y cómo las firmas refuerzan la seguridad.
Un byte equivale a ocho bits. Imagine un byte como una caja con ocho interruptores, cada uno es un bit. Al combinar varios bytes, es posible almacenar datos más complejos, como direcciones o registros de transacciones.
Por ejemplo: Si una transacción ocupa 250 bytes, contiene 250 × 8 = 2 000 bits. Estos 2 000 bits son los “granos de información” que la red debe transferir y verificar. Cuantos más granos, mayor será el consumo de ancho de banda y almacenamiento, y normalmente, mayor el coste.
Un hash funciona como una “huella digital” de los datos, comprimiendo cualquier entrada en una secuencia de bits de longitud fija. Por ejemplo, SHA-256 produce un resultado de 256 bits. Cuantos más bits, más estados posibles, lo que reduce drásticamente la probabilidad de colisiones (cuando dos datos diferentes generan la misma huella digital).
Las direcciones también son identificadores construidos a partir de bits. En Ethereum, una dirección tiene 20 bytes (160 bits), obtenida al hacer hash y truncar una clave pública. En Bitcoin, las direcciones adoptan varios formatos (como Base58 o Bech32), pero en esencia son combinaciones de bytes y bits codificados para facilitar la lectura y verificación.
Las comisiones de transacción dependen directamente del tamaño de la transacción. En Bitcoin, la medida estándar es el vByte (“virtual byte”, utilizado para calcular la comisión). La fórmula es: Comisión = Tamaño de la transacción (vByte) × Tarifa (satoshis/vByte). Las transacciones más grandes usan más bits y, por lo general, generan comisiones más elevadas.
Paso 1: Estime el tamaño de la transacción, incluyendo el número de entradas y salidas, y si se emplea SegWit. Las transferencias estándar suelen oscilar entre 150 y 300 vBytes.
Paso 2: Seleccione la tarifa. La tarifa varía según la congestión de la red. En los picos de actividad durante 2024–2025, las tarifas pueden alcanzar decenas o cientos de satoshis por vByte; en momentos de menor actividad, pueden estar en cifras bajas de uno o dos dígitos en satoshis.
Paso 3: Calcule la comisión. Por ejemplo: 200 vBytes × 30 satoshis/vByte = 6 000 satoshis (0,00006000 BTC). Con esta información, puede decidir si esperar a que disminuya la congestión o pagar una tarifa más alta para confirmar más rápido.
En Ethereum, el procesamiento y los datos se facturan como comisiones de gas, y los datos de llamadas externas (“calldata”) se tarifican por byte. Desde la actualización Istanbul (EIP-2028, 2019)—vigente hasta 2025—cada byte distinto de cero cuesta 16 gas y cada byte cero cuesta 4 gas. Cuantos más bytes se transmitan, más bits y mayor coste de gas.
Ejemplo: Pasar 100 bytes distintos de cero como parámetros en una llamada cuesta 100 × 16 = 1 600 gas solo por el calldata. Comisión total = gas total × basefee; el basefee se expresa en gwei y varía por bloque. Si el gas total es 25 000 y el basefee es 15 gwei, la comisión será aproximadamente 25 000 × 15 gwei.
Además, el almacenamiento en contratos resulta más caro que la transmisión temporal de datos. Por ejemplo, escribir una variable en almacenamiento (SSTORE) implica costes elevados; minimizar y optimizar el número de bytes y bits escritos puede reducir significativamente los gastos.
La “longitud en bits” de una clave determina la dificultad de los ataques por fuerza bruta. Por ejemplo, con secp256k1 (una curva elíptica muy utilizada), las claves privadas son de 256 bits, lo que implica combinaciones astronómicamente grandes y prácticamente imposibles de adivinar por fuerza bruta.
Las frases mnemotécnicas también tienen “entropía en bits”. Una mnemónica estándar de 12 palabras proporciona unos 128 bits de aleatoriedad; 24 palabras ofrecen cerca de 256 bits. Una mayor aleatoriedad en bits dificulta la adivinación, siempre que mantenga su mnemónica segura y no la exponga en lugares públicos o fotos.
La optimización consiste en reducir el uso innecesario de bytes y bits para disminuir los costes de gas y almacenamiento.
En primer lugar, agrupe las variables de forma eficiente. Las ranuras de almacenamiento de Ethereum son de 32 bytes (256 bits). Agrupar varias variables de tipo pequeño (como uint8 o bool) en una sola ranura reduce las operaciones de escritura y ahorra gas.
En segundo lugar, minimice el tamaño de los datos. Utilice representaciones compactas en bytes en lugar de cadenas largas; si los parámetros pueden pasarse como calldata de solo lectura, evite copiarlos al almacenamiento del contrato.
Por último, limite la información en la cadena. La mayoría de los metadatos de NFT están fuera de la cadena (por ejemplo, en IPFS), y solo unos pocos bytes se almacenan en la cadena para apuntar a esos enlaces. Subir imágenes grandes o textos extensos directamente en la cadena incrementa considerablemente el número de bits y el coste; además, requiere evaluar cuidadosamente la permanencia.
Los bits afectan muchos aspectos prácticos con los que interactuará.
Primero: Direcciones de depósito y retirada. Gate muestra direcciones y códigos QR codificando bytes y bits en formatos legibles. Verifique siempre que el nombre de la cadena coincida; de lo contrario, caracteres idénticos pueden representar estructuras de bits incompatibles entre cadenas, poniendo en riesgo fondos irrecuperables.
Segundo: Red de retirada y comisiones. Al elegir la red de Bitcoin, las comisiones dependen del tamaño de la transacción (número de bits); las plataformas ofrecen tarifas dinámicas según corresponda. En Ethereum o cadenas EVM, más bytes de datos suponen mayores costes de gas; las interacciones contractuales complejas serán más caras.
Tercero: Información de Memo/tag. Algunas cadenas requieren rellenar Memos o Tags; esto también forma parte de los datos en bytes. Las entradas faltantes o incorrectas pueden desviar activos a direcciones equivocadas.
Los riesgos a nivel de bit se centran en la irreversibilidad y la visibilidad. Los datos en cadena son públicos y duraderos; una vez que codifica información personal o fragmentos de claves como bits en la cadena, eliminarlos es casi imposible. Nunca suba información personal sensible ni claves secretas.
La compresión puede reducir el número de bits, pero no está exenta de riesgos. Una compresión excesiva o una codificación personalizada pueden dificultar el análisis de los datos o introducir fallos de seguridad. Agrupar demasiadas variables para ahorrar bits en contratos inteligentes puede perjudicar la legibilidad y la auditabilidad, aumentando el riesgo de errores.
En cuanto a la seguridad de los fondos: Codificar mal una dirección, omitir campos de bytes esenciales (como Memo) o no comprender la relación entre tamaño y comisión de la transacción puede retrasar las confirmaciones o hacer que los activos sean irrecuperables. Verifique siempre los nombres de cadena, direcciones y campos requeridos antes de enviar.
Los bits son las unidades mínimas de datos en blockchain, esenciales para direcciones, hashes, firmas y tamaños de transacción. Saber que un byte equivale a ocho bits permite estimar mejor las comisiones de Bitcoin, los costes de gas de Ethereum y los gastos de almacenamiento en contratos. Un mayor número de bits suele implicar mayor seguridad, siempre que las claves se gestionen correctamente. Aplicar buenas prácticas como “solo poner los datos necesarios en la cadena” y “comprimir eficientemente” ayuda a evitar problemas en plataformas como Gate y a tomar mejores decisiones en desarrollo e inversión.
Bitcoin es una criptomoneda; un bit es la unidad mínima de información en informática, son conceptos completamente distintos. El precio y las transacciones de Bitcoin se denominan en monedas fiduciarias y no guardan relación directa con la forma en que los bits almacenan datos. Es fundamental distinguir estos términos para evitar confusiones al aprender los fundamentos de blockchain.
Todos los datos de blockchain—direcciones, hashes, firmas—se almacenan y representan finalmente como bits. Comprender los bits es clave para entender la arquitectura de blockchain: por qué una dirección puede tener 256 bits o por qué el tamaño de la transacción afecta a las comisiones. Encontrará cálculos de bits al consultar detalles de transacciones en plataformas como Gate.
Una dirección típica de Bitcoin consta de 256 bits (32 bytes). Estos 256 bits se generan mediante algoritmos criptográficos específicos para garantizar unicidad y seguridad. Saber esto ayuda a valorar cuánta información hay detrás de direcciones aparentemente cortas.
La cantidad de datos de una transacción se mide en bits; más datos implican más bits consumidos y, en redes congestionadas, comisiones más altas. Por ejemplo, una transacción compleja puede ocupar 1 000 bits de espacio en bloque frente a una simple con solo unos cientos de bits, lo que genera diferencias en las comisiones. Comprender esta relación ayuda a optimizar el momento de sus transacciones en Gate.
El almacenamiento en blockchain es limitado y costoso; tanto el código de contrato como los datos consumen espacio medido en bits. Los desarrolladores optimizan a nivel de bit para reducir el tamaño de despliegue, disminuir los costes de gas y aumentar la eficiencia, fundamental en contratos complejos como NFTs o aplicaciones DeFi. Una optimización cuidadosa de los bits puede reducir significativamente los costes para los usuarios.


