El cofundador de Chainlink, Sergey Nazarov, destacó recientemente algo que vale la pena señalar: los grandes actores financieros como JPMorgan no están entrando en la cadena de bloques por hype. Lo hacen basándose en mérito real y utilidad en el mundo real.

Este cambio señala una fase de madurez en la que la adopción institucional está impulsada por propuestas de valor tangibles en lugar de la especulación. Los gigantes de las finanzas tradicionales reconocen cada vez más el potencial de la cadena de bloques para optimizar operaciones, mejorar la transparencia y reducir costos. El hecho de que estas instituciones tradicionales estén comprometiendo recursos sugiere que la tecnología ha superado un umbral crítico, pasando de ser experimental a una infraestructura esencial.