El panorama global de la minería acaba de cambiar: 11 naciones ahora respaldan la minería de Bitcoin con recursos oficiales del gobierno.
¿La alineación? Rusia, Francia, Bután, Irán, El Salvador, EAU, Omán, Etiopía, Argentina, Kenia. Y la última incorporación: Japón.
Lo que comenzó como un experimento marginal se está convirtiendo en política estatal. Algunos están cubriendo carteras de energía. Otros están diversificando reservas. Algunos están apostando directamente por la soberanía digital.
Cuando los gobiernos comienzan a desplegar capital e infraestructura hacia las operaciones de minería, ya no se trata solo de la tasa de hash. Se trata de legitimidad. Se trata de posicionamiento geopolítico en un mundo que se está descentralizando.
La pregunta no es si esta tendencia continúa, sino quién se une a continuación.
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El panorama global de la minería acaba de cambiar: 11 naciones ahora respaldan la minería de Bitcoin con recursos oficiales del gobierno.
¿La alineación? Rusia, Francia, Bután, Irán, El Salvador, EAU, Omán, Etiopía, Argentina, Kenia. Y la última incorporación: Japón.
Lo que comenzó como un experimento marginal se está convirtiendo en política estatal. Algunos están cubriendo carteras de energía. Otros están diversificando reservas. Algunos están apostando directamente por la soberanía digital.
Cuando los gobiernos comienzan a desplegar capital e infraestructura hacia las operaciones de minería, ya no se trata solo de la tasa de hash. Se trata de legitimidad. Se trata de posicionamiento geopolítico en un mundo que se está descentralizando.
La pregunta no es si esta tendencia continúa, sino quién se une a continuación.