¿Con mil dólares qué se puede hacer? Sobrevivir en el mercado de contratos.

No pienses en multiplicar por cien, piensa en cómo no morir ocho veces.

**Primera carta: cortarlo en ocho partes**
Divide 1000U en ocho partes iguales, cada una de 125. Solo guarda una en la cartera caliente, las otras escondidas. La cifra en la pantalla parece pequeña, las manos tiemblan naturalmente, y antes de hacer la orden piensas tres segundos. Borra de tu mente la palabra "todo-in"—con esto, podrás vivir más que el 90% de la gente.

**Segunda carta: no toques el techo del apalancamiento**
Límite de 15 veces. ¿Más alto? Eso es para el tráfico que preparan los exchanges y los KOL, no para ti. Si el mercado se mueve un poco, aún puedes respirar; si pasas de 20 veces, una sola aguja te puede enterrar. Recuerda, el apalancamiento es una lupa, no un cajero automático.

**Tercera carta: amputarse para detener la hemorragia**
Perder 12.5U, apaga inmediatamente. Eso es el 10% de 125U, la línea de advertencia. Cuando llegues allí, retírate, sin añadir más, sin mirar el grupo, sin intentar recuperar. Haz veinte flexiones y olvídate de la palabra "recuperar". ¿Revisar? Solo cuando tu pulso vuelva a 80, si no, no estás recuperando la cuenta, estás abriendo un agujero.

**Cuarta carta: gana y corre**
¿De 125 a 250? Retira el capital de inmediato. Desde ese momento, sin riesgo, cada bloque de dinero es ganancia en batalla. El capital es tu entrada, las ganancias son tu chaleco antibalas—no te confundas.

El liquidar la cuenta nunca es culpa del mercado, sino de la avaricia humana. ¿Quieres sobrevivir con 1000U? Tienes que ir despacio. Tan despacio que otros se rían de ti por ser cobarde, tan despacio que el mercado no pueda sacarte.

Las ocho cartas de resurrección aún están en tu mano, siempre habrá una partida en la que te toque robar.

Yo encendí fuego en la oscuridad, ahora la antorcha está en mis manos. Mientras el fuego no se apague, el camino está allí—¿te unes o no?