La soberanía digital está resurgiendo, y idOS está liderando la carga. En un mundo donde los datos personales han sido comercializados por plataformas centralizadas, este protocolo de identidad invierte la narrativa—dando a los usuarios un control real sobre su huella digital. Al integrar pruebas de conocimiento cero y una arquitectura centrada en la privacidad, no es solo otra capa de identidad. Está replanteando cómo Web3 debería gestionar quién eres sin revelar quién eres. El cambio de identidades controladas por plataformas a credenciales soberanas del usuario puede parecer sutil, pero es fundamental para la próxima fase de descentralización.