La Reserva Federal de EE. UU. realmente se ha peleado internamente esta vez: si recortar o no las tasas en diciembre se ha convertido en una de las decisiones más divisivas durante el mandato de Powell.

Veamos qué piensan estos tres grupos:

Los agresivos quieren pisar el acelerador. El director de la Fed, Milan, lideró las declaraciones exigiendo una bajada de 50 puntos básicos, con una razón muy clara: los datos económicos ya están mostrando debilidad, y no relajar la política monetaria ahora sería una broma con la economía. También advirtió que detener la flexibilización sería una visión cortoplacista.

Los conservadores quieren frenar con más fuerza. Mester de la Reserva de St. Louis y Harker de la Reserva de Cleveland se oponen claramente a seguir bajando. Su lógica también es sencilla: la inflación aún no está bajo control, el espacio de política ya es limitado, y reducir más en este momento sería cortarse las piernas.

Y hay un grupo de indecisos. La actitud de Daly, presidenta de la Reserva de San Francisco, es la más matizada: no descarta una bajada de tasas, pero enfatiza la importancia de "mantener una mente abierta y escuchar diferentes opiniones". Esta postura en realidad es una espera a más datos.

Lo más problemático es que el gobierno de EE. UU. lleva más de un mes en cierre parcial, y los datos económicos clave están bloqueados. Milan afirmó que la demora en los datos aumenta mucho la dificultad para tomar decisiones; Harker dijo que la falta de datos de precios le hace sentir "cada vez más incómodo"; y aunque Powell mencionó que se pueden usar datos alternativos como el encuesta de empleo ADP o el índice de precios PriceStats, también reconoció que "estas cosas no pueden reemplazar los datos oficiales".

El mercado ya está reaccionando con sus propios movimientos. La herramienta FedWatch de CME muestra que la expectativa de recorte en diciembre cayó del 72% al 65%. En su discurso reciente, Powell también dejó claro que una bajada en diciembre "no está garantizada", y que los funcionarios tienen diferencias claras en sus predicciones económicas y en la evaluación de riesgos.

La situación actual es: un conflicto interno muy fuerte, datos externos poco claros, y cualquier movimiento de la Fed será difícil. Esta división pública ya indica que la política monetaria está en un nivel de alta incertidumbre, y los mercados globales podrían experimentar mayor volatilidad próximamente.

Lo que los inversores pueden hacer ahora es seguir de cerca cada declaración de los funcionarios de la Fed en las próximas semanas, y estar atentos a cuándo saldrán esos datos económicos retrasados.