#美国终止政府关闭 ¿Wall Street apuesta por $ETH? Esto no es tan simple como parece.
Recientemente, Joseph Chalom, ejecutivo de una de las principales instituciones de gestión de activos, afirmó: Ethereum será la base del próximo sistema financiero en Wall Street. Suena bastante impresionante, pero al pensarlo bien, tiene algo de sentido—¿dónde se quedan las instituciones financieras tradicionales en su transformación digital? ¿Cómo se construyen los mecanismos de confianza, cómo se garantiza la circulación segura de activos, quién asegura la liquidez? Estos problemas difíciles, la arquitectura subyacente de Ethereum puede abordarlos. La emisión de stablecoins requiere un entorno confiable en la cadena, la ejecución de contratos inteligentes depende de una red estable, y Ethereum puede manejar todo eso.
Pero, tener la tecnología no es suficiente para entrar. Para realmente destacar, hay tres indicadores clave: si el volumen de transacciones puede sostener una escala institucional, si el balance general es lo suficientemente saludable para resistir eventos imprevistos, y si el equipo tiene la capacidad de implementar realmente la tecnología blockchain en escenarios financieros. Fallar en cualquiera de estos aspectos, significa estar a medio camino.
Actualmente, la actitud regulatoria está cambiando, y las instituciones tradicionales están empezando a explorar con cautela. La posición de Ethereum está pasando de ser un "activo especulativo" a convertirse en una "infraestructura". Los inversores no deben fijarse solo en las tendencias a corto plazo, sino en si puede funcionar bien en escenarios reales como la liquidación de stablecoins y la custodia de activos en la cadena.
$ETH tiene la oportunidad de convertirse en una pieza clave en la digitalización financiera, pero no hay que lanzarse de cabeza. Es recomendable una asignación moderada, pero solo cuando el mercado realmente ponga en marcha las aplicaciones, su valor podrá materializarse. La infraestructura puede ser excelente, pero necesita usuarios para que tenga sentido.
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Recientemente, Joseph Chalom, ejecutivo de una de las principales instituciones de gestión de activos, afirmó: Ethereum será la base del próximo sistema financiero en Wall Street. Suena bastante impresionante, pero al pensarlo bien, tiene algo de sentido—¿dónde se quedan las instituciones financieras tradicionales en su transformación digital? ¿Cómo se construyen los mecanismos de confianza, cómo se garantiza la circulación segura de activos, quién asegura la liquidez? Estos problemas difíciles, la arquitectura subyacente de Ethereum puede abordarlos. La emisión de stablecoins requiere un entorno confiable en la cadena, la ejecución de contratos inteligentes depende de una red estable, y Ethereum puede manejar todo eso.
Pero, tener la tecnología no es suficiente para entrar. Para realmente destacar, hay tres indicadores clave: si el volumen de transacciones puede sostener una escala institucional, si el balance general es lo suficientemente saludable para resistir eventos imprevistos, y si el equipo tiene la capacidad de implementar realmente la tecnología blockchain en escenarios financieros. Fallar en cualquiera de estos aspectos, significa estar a medio camino.
Actualmente, la actitud regulatoria está cambiando, y las instituciones tradicionales están empezando a explorar con cautela. La posición de Ethereum está pasando de ser un "activo especulativo" a convertirse en una "infraestructura". Los inversores no deben fijarse solo en las tendencias a corto plazo, sino en si puede funcionar bien en escenarios reales como la liquidación de stablecoins y la custodia de activos en la cadena.
$ETH tiene la oportunidad de convertirse en una pieza clave en la digitalización financiera, pero no hay que lanzarse de cabeza. Es recomendable una asignación moderada, pero solo cuando el mercado realmente ponga en marcha las aplicaciones, su valor podrá materializarse. La infraestructura puede ser excelente, pero necesita usuarios para que tenga sentido.