Después de tanto tiempo haciendo trading, finalmente entendí una cosa: el trading nunca ha sido un atajo para volverse rico, es más como un espejo: refleja qué tipo de persona eres.
Lo que ves en las velas K, ¿qué tipo de movimiento de precios es? Eso es claramente tu propia codicia, miedo, impulso y vacilación. Cada vez que abres una posición por impulso, cada vez que no eres decisivo con tus stops, el mercado te lanza la factura sin piedad. En otras palabras, el mercado es la versión externalizada de tu interior.
Más tarde entendí que las personas que pueden sobrevivir en este campo no dependen de la suerte de atrapar una moneda diez veces, ni de ninguna táctica secreta. La verdadera barrera son dos cosas: un sistema de trading que resista el escrutinio y la paciencia para perseverar en el control de riesgos.
Sin un sistema, eres un apostador; sin gestión de riesgos, eventualmente tendrás una liquidación. Así de simple.
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HappyMinerUncle
· 11-15 09:17
No digas más, la herida ha sido expuesta.
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LiquidationTherapist
· 11-13 12:51
Reírse hasta morir, otra vez en el lugar de reducir pérdidas~
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DataPickledFish
· 11-12 14:19
Dicho de otra manera, todos son tontos que han sido tomados por tontos.
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BearMarketBro
· 11-12 14:19
Poner las velas japonesas como amante terminará en llanto.
Después de tanto tiempo haciendo trading, finalmente entendí una cosa: el trading nunca ha sido un atajo para volverse rico, es más como un espejo: refleja qué tipo de persona eres.
Lo que ves en las velas K, ¿qué tipo de movimiento de precios es? Eso es claramente tu propia codicia, miedo, impulso y vacilación. Cada vez que abres una posición por impulso, cada vez que no eres decisivo con tus stops, el mercado te lanza la factura sin piedad. En otras palabras, el mercado es la versión externalizada de tu interior.
Más tarde entendí que las personas que pueden sobrevivir en este campo no dependen de la suerte de atrapar una moneda diez veces, ni de ninguna táctica secreta. La verdadera barrera son dos cosas: un sistema de trading que resista el escrutinio y la paciencia para perseverar en el control de riesgos.
Sin un sistema, eres un apostador; sin gestión de riesgos, eventualmente tendrás una liquidación. Así de simple.