Los empleados federales están regresando a sus escritorios, pero no esperen que la turbulencia del mercado desaparezca de la noche a la mañana. Los efectos colaterales del cierre podrían persistir: piensen en los retrasos en la publicación de datos económicos, la confianza de los inversores tambaleándose y las posibles preocupaciones sobre la calificación crediticia. Para los operadores que observan las señales macro, esta ya no es solo una historia gubernamental; es un juego de liquidez y volatilidad que podría sacudir los activos de riesgo en las próximas semanas.