La noche antes de la reunión: La Reserva Federal se comporta como un pretendiente arrogante, pero el mercado está ansioso por casarse. Cada vez que se publica el acta, el comportamiento del mercado se asemeja a una gran "cita a ciegas impaciente". Wall Street actúa como el prometido que ya tiene el anillo listo, mientras que la Reserva Federal sostiene una taza de té, con las piernas cruzadas, mostrando una actitud de "aún no he decidido". Los inversores temen que el acta repita esos viejos clichés: la persistencia de la inflación, el mantenimiento de una política restrictiva, la necesidad de ver más datos; frases que podrían recitar de memoria después de haberlas escuchado diez veces. Sin embargo, este guion siempre logra sacudir el mercado, como si uno tropezara con un interruptor. Pero no se puede negar, la Reserva Federal también sabe cómo crear suspense. A pesar de que lo más probable es que su próximo paso sea "seguir observando", siempre añade un toque de misterio en su forma de expresarse, haciéndote pensar que está a punto de cambiar a un tono más dovish. ¿Y el mercado? Está desesperado; cualquier palabra un poco más suave en el acta puede ser interpretada como una señal de que se acerca un recorte de tasas. ¿Y si el tono es más duro? Eso sería como el acto de "tú no me amas, pero yo te amaré de todos modos". **Resumiendo:** El acta no te dirá "cuándo habrá recorte de tasas", pero sí te dirá "por qué no se puede recortar aún". Los inversores que miran el acta no buscan la verdad, buscan la emoción. Solo quienes entienden las emociones comprenden el mercado. Esta noche, el protagonista no son los datos, sino la capacidad de interpretación.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
#美联储会议纪要将公布
La noche antes de la reunión: La Reserva Federal se comporta como un pretendiente arrogante, pero el mercado está ansioso por casarse.
Cada vez que se publica el acta, el comportamiento del mercado se asemeja a una gran "cita a ciegas impaciente". Wall Street actúa como el prometido que ya tiene el anillo listo, mientras que la Reserva Federal sostiene una taza de té, con las piernas cruzadas, mostrando una actitud de "aún no he decidido".
Los inversores temen que el acta repita esos viejos clichés: la persistencia de la inflación, el mantenimiento de una política restrictiva, la necesidad de ver más datos; frases que podrían recitar de memoria después de haberlas escuchado diez veces. Sin embargo, este guion siempre logra sacudir el mercado, como si uno tropezara con un interruptor.
Pero no se puede negar, la Reserva Federal también sabe cómo crear suspense. A pesar de que lo más probable es que su próximo paso sea "seguir observando", siempre añade un toque de misterio en su forma de expresarse, haciéndote pensar que está a punto de cambiar a un tono más dovish.
¿Y el mercado? Está desesperado; cualquier palabra un poco más suave en el acta puede ser interpretada como una señal de que se acerca un recorte de tasas. ¿Y si el tono es más duro? Eso sería como el acto de "tú no me amas, pero yo te amaré de todos modos".
**Resumiendo:** El acta no te dirá "cuándo habrá recorte de tasas", pero sí te dirá "por qué no se puede recortar aún". Los inversores que miran el acta no buscan la verdad, buscan la emoción. Solo quienes entienden las emociones comprenden el mercado. Esta noche, el protagonista no son los datos, sino la capacidad de interpretación.