Una guerra monetaria invisible se está desarrollando silenciosamente entre Wall Street y Washington.

Los pilares de poder del dólar tradicional — los bancos comerciales, la Reserva Federal, las redes de compensación — han sentido por primera vez una verdadera amenaza. Y la amenaza no proviene de algún país, sino de las monedas estables, el dólar programable, y ese bitcoin que ha sido repetidamente menospreciado pero que sigue alcanzando nuevos máximos.

JPMorgan no es solo un banco, es el nodo central del sistema de liquidación en dólares, controlando el flujo de liquidez global. Pero ahora, el Departamento del Tesoro comienza a experimentar con nuevas jugadas: reconstruir la lógica de emisión del dólar con blockchain, eludir a los intermediarios bancarios con monedas estables e incluso considerar el bitcoin como un activo de reserva estratégica.

¿Qué significa esto? Significa que el centro del poder monetario podría transferirse por primera vez del sistema bancario-banco central al sistema fiscal-técnico.

La reacción de JPMorgan fue muy directa: vender en corto MicroStrategy, crear pánico en el mercado, retrasar la entrega de custodia y socavar la narrativa de Bitcoin a través de informes de investigación. Cada paso golpeó con precisión los puntos críticos del nuevo sistema.

La esencia de este juego no es si el «bitcóin sube o no», sino «quién definirá el próximo dólar». Las viejas fuerzas no entregarán fácilmente el cetro, y las nuevas fuerzas tampoco se detendrán. El bitcóin es solo el tablero de este juego de poder, la verdadera partida apenas ha comenzado.