El rendimiento de los bonos japoneses a 10 años ha subido recientemente hasta el 1,948%, una cifra que marca un récord desde 2007. Más dramático aún es el caso de los bonos a 30 años: mientras el rendimiento se dispara al 3,44%, el valor de mercado de los propios bonos se ha evaporado casi a la mitad. El rendimiento a 40 años incluso ha superado la barrera del 3,70%.
Detrás de esto se esconde un problema aún mayor: por primera vez desde 2008, el Banco de Japón se encuentra en una situación en la que los gastos por intereses superan a sus propios ingresos. Las cuatro mayores aseguradoras de vida tienen en sus balances unas pérdidas latentes en bonos nacionales de 67.000 millones de dólares, y las pérdidas contables de los bancos locales alcanzaron a finales de septiembre un máximo histórico de 21.300 millones de dólares.
¿La raíz del problema? La deuda pública japonesa ya se ha disparado hasta el 230% del PIB, y la inflación sigue aumentando. El mercado apuesta con una probabilidad del 80% a una subida de tipos del banco central en diciembre, pero lo irónico es que el banco central tiene en sus manos el 52% de todos los bonos gubernamentales del país, así que aunque quisiera vender, no podría.
Durante los últimos treinta años, los inversores globales se han acostumbrado a aprovechar el yen barato para inflar burbujas de activos. Ahora que esta máquina de imprimir dinero está a punto de apagarse, ¿cuán fuerte será la reacción en cadena? La respuesta podría ser más intensa de lo que imaginamos.
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MetaMisfit
· hace14h
Esta crisis de bonos en Japón es realmente increíble; el banco central ha caído en su propia trampa y no puede salir de ella. Este es el resultado de años de políticas de estímulo monetario.
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GasFeeGazer
· hace14h
Esta caída de los bonos en Japón es realmente increíble, el banco central está atrapado por su propia deuda y ni siquiera una subida de tipos puede salvarlo.
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tx_pending_forever
· hace14h
El Banco de Japón está siendo rehén de sus propios bonos, quiere subir los tipos de interés pero no se atreve, este truco me resulta demasiado familiar.
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WalletsWatcher
· hace14h
De verdad que Japón se ha cavado su propia tumba esta vez; el banco central está atado a los bonos y aún así tiene que fingir tranquilidad, es de risa.
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ChainMaskedRider
· hace14h
El Banco de Japón posee el 52% de los bonos pero no puede venderlos; esto sí que es un verdadero "círculo vicioso"... Al final, frente a la inflación, no hay países especiales.
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OnchainDetective
· hace14h
Esta vez Japón realmente se ha pasado de la raya, el banco central está atrapado por sus propios bonos... debe de ser una sensación de desesperación total no poder venderlos.
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GasFeeNightmare
· hace14h
Joder, ¿el Banco de Japón está atrapado por sus propios bonos? No pueden deshacerse del 52% de la deuda pública, esto es como tirar piedras contra su propio tejado...
El rendimiento de los bonos japoneses a 10 años ha subido recientemente hasta el 1,948%, una cifra que marca un récord desde 2007. Más dramático aún es el caso de los bonos a 30 años: mientras el rendimiento se dispara al 3,44%, el valor de mercado de los propios bonos se ha evaporado casi a la mitad. El rendimiento a 40 años incluso ha superado la barrera del 3,70%.
Detrás de esto se esconde un problema aún mayor: por primera vez desde 2008, el Banco de Japón se encuentra en una situación en la que los gastos por intereses superan a sus propios ingresos. Las cuatro mayores aseguradoras de vida tienen en sus balances unas pérdidas latentes en bonos nacionales de 67.000 millones de dólares, y las pérdidas contables de los bancos locales alcanzaron a finales de septiembre un máximo histórico de 21.300 millones de dólares.
¿La raíz del problema? La deuda pública japonesa ya se ha disparado hasta el 230% del PIB, y la inflación sigue aumentando. El mercado apuesta con una probabilidad del 80% a una subida de tipos del banco central en diciembre, pero lo irónico es que el banco central tiene en sus manos el 52% de todos los bonos gubernamentales del país, así que aunque quisiera vender, no podría.
Durante los últimos treinta años, los inversores globales se han acostumbrado a aprovechar el yen barato para inflar burbujas de activos. Ahora que esta máquina de imprimir dinero está a punto de apagarse, ¿cuán fuerte será la reacción en cadena? La respuesta podría ser más intensa de lo que imaginamos.