Puede que no te lo creas cuando te lo diga, pero después de varios años moviéndome por el mercado, mi mayor aprendizaje es: cuanto más sencillo, más rentable.

Hay demasiada gente a mi alrededor que pasa el día pendiente de todo tipo de indicadores técnicos: MACD, KDJ, Bandas de Bollinger, intentando usarlos todos a la vez, y persiguen las noticias más rápido que nadie, pero al final su cuenta cada vez está más vacía. Yo he seguido otro camino: convertir 30.000 de capital inicial en 10 millones, no gracias a información privilegiada, sino a repetir una sola cosa hasta la perfección.

Déjame contarte mi ritmo. Al principio, durante los dos primeros años, fui de 30.000 a 1,2 millones poco a poco. Esa etapa fue la más dura, porque el bajo coste de cometer errores te hace operar sin control. Luego, en un año, pasé de 1,2 a 6 millones; ahí ya tenía la mente más estable y el método definido. En la recta final, de 6 a 10 millones solo me llevó cinco meses. Como ves, cuanto más dinero tienes, más rápido crece, porque bajé la frecuencia de mis operaciones y dejé de moverme sin sentido.

Mi método es de lo más simple: solo reconozco una figura, la del movimiento en N. El precio sube, corrige para tomar impulso y luego rompe el máximo anterior; en cuanto aparece esta figura, entro. Si se rompe el patrón, corto pérdidas y salgo. Nada de “esperar un poco más”.