Recientemente, se ha destapado todo el “pasado” de uno de los cofundadores de cierta empresa nacional de GPU: al parecer, en sus primeros años estuvo involucrado en un proyecto de token con un nombre extremadamente vulgar dentro del mundillo de las criptomonedas. ¿Cuán irónico es esto? Ese emprendedor que en el escenario habla de “romper barreras con tecnología dura”, resulta que probablemente consiguió su capital inicial de las operaciones más salvajes.
Permíteme una metáfora quizá poco apropiada pero muy ilustrativa: es como descubrir que cierto empresario que proclama a los cuatro vientos su “compromiso con la industria nacional”, en realidad ganó su primer millón gracias a una cadena de negocios grises. Ideales tecnológicos o sentimientos patrióticos, en el fondo todo responde a la lógica de los negocios.
Analicemos en frío las reacciones de varios grupos:
**El filtro de memoria de los veteranos**: Aquellos que en su día se quedaron atrapados en ese proyecto, ahora incluso publican mensajes tipo “gran recuerdo”, “leyenda antigua”. Una actitud muy curiosa: fue una experiencia de pérdidas, pero el paso del tiempo genera una extraña identificación emocional. Aparte de su nombre escandaloso y su destino final de caer a cero, ¿qué tiene ese proyecto que merezca nostalgia? ¿Se echa en falta el error de juicio propio de entonces?
**La admiración desubicada de los recién llegados**: Hay quien, tras leer la historia, piensa: “Si los grandes también lanzaron shitcoins en sus inicios, yo aún tengo oportunidad”. Despierta, amigo. El camino de esa gente fue: lanzar el proyecto y sacar tajada → salir con éxito → reinvertir en la industria tradicional → empaquetarlo como una historia de innovación tecnológica → obtener mayor valoración y reputación social. El camino habitual de una persona normal: lanzar un proyecto → ser cuestionado → el proyecto muere o acaba en problemas. El punto de partida puede parecer similar, pero el final está a años luz de distancia.
**La ceguera selectiva de inversores y medios**: Aquellos que antaño alababan a “los genios técnicos” y “rompedores de monopolios”, ¿alguno ha incluido esa “gloriosa historia” en su análisis de inversión? Lo que todos ensalzan, en esencia, es una imagen cuidadosamente filtrada y embellecida.
¿Cuál es la habilidad más esencial en este sector? No es la tecnología, es la **capacidad de reescribir relatos**. Saber blanquear un pasado lleno de controversia, diluirlo con el paso del tiempo y adornarlo con el envoltorio del éxito, convirtiéndolo en una leyenda sobre “aprovechar con visión las oportunidades de la época”. Lo que admiráis, tal vez solo sea una imagen redefinida.
Así que mi consejo: no creáis jamás en ninguna narrativa de emprendimiento demasiado perfecta. En este mundillo, es mejor asumir que todos los personajes han pasado por una “fase temprana de exploración” que preferirían no hacer pública. Esa es la verdadera regla de supervivencia.
(Os dejo una pregunta: ¿creéis que este tipo de transición es un “blanqueamiento exitoso” o una “evolución empresarial normal”? Bienvenidos los debates racionales.)
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GasWaster69
· 12-07 14:54
Cabeza de perro para salvar el pellejo, esta es la verdadera imagen de web3 jajaja
Desplome del personaje en directo, la capacidad de contar historias es sin duda la primera fuerza productiva
¿Hablando aquí de tecnología dura? Resulta que son métodos duros
¿Por qué tengo la sensación de que esta historia me suena...? Ah, sí, la última vez también fue alguien así
Lo ha explicado tan a fondo que ahora empiezo a dudar de todas las personas a las que sigo
Por eso solo confío en los indicadores técnicos, no en la imagen personal
Espera, ¿esto es una indirecta? Necesito un traductor
Así es como los verdaderos grandes lo hacen todo suave, he aprendido algo nuevo
Entonces, ¿los inversores realmente no ven nada o solo fingen no verlo?
Esa experiencia en el currículum se llama "experiencia de exploración diversificada", ¿verdad?
Otro caso de una historia envuelta en éxito, ¿quién será el siguiente?
Por cierto, ¿alguien ha comprobado cuándo entraron los VC que los financiaron...?
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GasGuru
· 12-07 08:46
Esta excusa suena bien, pero en el fondo no es más que una coartada para los exitosos.
En los primeros años, mucha gente fue engañada y aun así defendía a los responsables; esa reacción es realmente increíble.
El verdadero problema no está en el pasado, sino en que hoy siguen usando la misma lógica.
Hoy en día, contar historias vale más que hacer productos.
Por cierto, ¿alguno se ha preguntado cuánta parte de narrativa hay detrás de esas valoraciones tan altas en sus rondas de financiación?
Los proyectos de tokens de entonces hace tiempo que deberían figurar en los currículums, no solo mencionar lo bonito.
Lo más curioso de este sector es que a los perdedores se les llama desgraciados y a los ganadores, empresarios.
Aunque este tipo también tiene lo suyo: ha expuesto sin tapujos todo lo que se cuece en el sector.
He visto demasiadas cosas así, es lo habitual.
En resumen, solo hay cuatro palabras: lavado de imagen probabilístico.
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liquidation_watcher
· 12-07 08:44
Esto es de locos, antes era un shitcoin que estafaba a los novatos y ahora lo empaquetan como un salvador tecnológico, no le falta razón.
La imagen pública se derrumba en un instante, ¿no les duele la cara a los inversores?
La reconstrucción narrativa es la primera fuerza productiva, la tecnología queda en segundo plano.
Los pequeños inversores que fueron esquilmados lo ven ahora ascender a magnate, menuda sensación.
En resumen, siempre es estafar primero y luego dar la vuelta, el ciclo de ganar dinero se repite.
La ceguera selectiva de los medios y los VC en esta ronda es ejemplar para el sector.
Solo quiero saber cómo escribió el whitepaper de ese shitcoin en su momento, ¿se atreve a publicarlo?
El punto de partida era el mismo y el final es abismalmente distinto, esa es la verdad que más duele.
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rugged_again
· 12-07 08:33
La verdad es que la capacidad de contar historias es realmente la principal fuerza productiva.
Esto está claro: mientras haya suficiente tiempo, cualquiera puede recuperarse.
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NFT_Therapy
· 12-07 08:27
Jaja, así es el ecosistema cripto: lanzar monedas, hacer cash-out y luego pasarse a contar historias, un servicio integral.
Socorro, los veteranos aún echan de menos los días en que les estafaban; hay que saber autoengañarse así.
En resumidas cuentas, es la capacidad de crear narrativa; el arte del packaging supera con creces a la propia tecnología.
Este tío sí que se atreve a decirlo, aunque duele de verdad.
Seguro que los novatos, después de leer esto, se animan aún más a lanzar tokens; ni aunque les aconsejes dejarlo van a parar.
Recientemente, se ha destapado todo el “pasado” de uno de los cofundadores de cierta empresa nacional de GPU: al parecer, en sus primeros años estuvo involucrado en un proyecto de token con un nombre extremadamente vulgar dentro del mundillo de las criptomonedas. ¿Cuán irónico es esto? Ese emprendedor que en el escenario habla de “romper barreras con tecnología dura”, resulta que probablemente consiguió su capital inicial de las operaciones más salvajes.
Permíteme una metáfora quizá poco apropiada pero muy ilustrativa: es como descubrir que cierto empresario que proclama a los cuatro vientos su “compromiso con la industria nacional”, en realidad ganó su primer millón gracias a una cadena de negocios grises. Ideales tecnológicos o sentimientos patrióticos, en el fondo todo responde a la lógica de los negocios.
Analicemos en frío las reacciones de varios grupos:
**El filtro de memoria de los veteranos**: Aquellos que en su día se quedaron atrapados en ese proyecto, ahora incluso publican mensajes tipo “gran recuerdo”, “leyenda antigua”. Una actitud muy curiosa: fue una experiencia de pérdidas, pero el paso del tiempo genera una extraña identificación emocional. Aparte de su nombre escandaloso y su destino final de caer a cero, ¿qué tiene ese proyecto que merezca nostalgia? ¿Se echa en falta el error de juicio propio de entonces?
**La admiración desubicada de los recién llegados**: Hay quien, tras leer la historia, piensa: “Si los grandes también lanzaron shitcoins en sus inicios, yo aún tengo oportunidad”. Despierta, amigo. El camino de esa gente fue: lanzar el proyecto y sacar tajada → salir con éxito → reinvertir en la industria tradicional → empaquetarlo como una historia de innovación tecnológica → obtener mayor valoración y reputación social. El camino habitual de una persona normal: lanzar un proyecto → ser cuestionado → el proyecto muere o acaba en problemas. El punto de partida puede parecer similar, pero el final está a años luz de distancia.
**La ceguera selectiva de inversores y medios**: Aquellos que antaño alababan a “los genios técnicos” y “rompedores de monopolios”, ¿alguno ha incluido esa “gloriosa historia” en su análisis de inversión? Lo que todos ensalzan, en esencia, es una imagen cuidadosamente filtrada y embellecida.
¿Cuál es la habilidad más esencial en este sector? No es la tecnología, es la **capacidad de reescribir relatos**. Saber blanquear un pasado lleno de controversia, diluirlo con el paso del tiempo y adornarlo con el envoltorio del éxito, convirtiéndolo en una leyenda sobre “aprovechar con visión las oportunidades de la época”. Lo que admiráis, tal vez solo sea una imagen redefinida.
Así que mi consejo: no creáis jamás en ninguna narrativa de emprendimiento demasiado perfecta. En este mundillo, es mejor asumir que todos los personajes han pasado por una “fase temprana de exploración” que preferirían no hacer pública. Esa es la verdadera regla de supervivencia.
(Os dejo una pregunta: ¿creéis que este tipo de transición es un “blanqueamiento exitoso” o una “evolución empresarial normal”? Bienvenidos los debates racionales.)