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Wall Street ha enviado una señal poco amistosa a la Casa Blanca.

Según las últimas revelaciones de un periodista de Fox, varias de las principales instituciones financieras están presionando en privado al equipo de Trump: el candidato a presidente de la Reserva Federal que prefieren, Hassett, puede que no sea la mejor elección. El motivo es bastante directo: esta elección traería tres problemas.

El primero es una crisis de confianza. Dentro de Wall Street, se considera que Hassett no tiene suficiente prestigio en los mercados como para "imponer respeto", lo que significa que las señales de sus políticas probablemente serían ignoradas o devaluadas. El segundo es el riesgo de los tipos de interés: si se confirma su nombramiento, los tipos de interés a largo plazo podrían subir de inmediato, lo que interferiría directamente con el actual marco de la política monetaria. Lo más grave es la expectativa de inflación: si opta por una política de bajada de tipos, el mercado lo interpretaría como que "la Reserva Federal se ha convertido en un apéndice político", y las expectativas de inflación podrían descontrolarse en cualquier momento.

Ya se está anticipando una reacción en cadena: aumento del coste de las hipotecas, restricción del crédito al consumo, e interrupción forzosa del ritmo de recuperación económica.

Mientras tanto, también han surgido alternativas. Kevin Warsh, exgobernador de la Reserva Federal, y Christopher Waller, actual gobernador, son dos nombres que han empezado a sonar con frecuencia en los círculos de Wall Street; se les considera opciones más fiables y "profesionales".

Lo curioso es que, hace apenas unos días, el mercado estaba entusiasmado ante la posible llegada de Hassett, creyendo que se acercaba una "era dovish", e incluso Bitcoin superó los 91.000 dólares por ello. Ahora, el guion ha dado un giro total.

La formación académica de Hassett no es mala, pero su experiencia práctica en bancos centrales es limitada. Lo que realmente inquieta a los inversores institucionales no es su capacidad personal, sino que si se pone en duda la independencia de la Reserva Federal, el ancla de todo el sistema financiero se tambalearía.

Ahora la pelota está en el tejado de Trump: ¿mantener a un hombre de su confianza o ceder ante la realidad financiera? Esta batalla por los nombramientos ya ha superado la cuestión de una persona concreta: se está convirtiendo en un choque frontal entre la voluntad política y las leyes del mercado.

Si finalmente Hassett es nombrado, ¿subirá o bajará primero el mercado cripto? ¿Tú qué opinas?