Estoy harto de ver a gente inclinarse ante el poder o el dinero.
Pasé años en espacios donde nadie podía decir la verdad sin mirar por encima del hombro. Donde cada palabra tenía que medirse en comparación con quién podría ofenderse, quién podría contraatacar, quién podría cortarte el paso. Ese tipo de ambiente te agota. Te hace olvidar cómo suena tu propia voz.
Así que aquí está mi postura:
No existo para complicarte la vida, pero tampoco estoy aquí para que te sientas cómodo.
Si lo que digo te molesta, el botón de dejar de seguir funciona perfectamente. Sin rencores. Podemos seguir adelante

¿La lección más cara en la inversión?
Creer todo lo que lees sin pensar.
Los titulares de noticias quieren clics. Los influencers quieren interacciones. Los analistas quieren comisiones.
Nadie quiere lo que es mejor para ti más que tú mismo.
Actúa como tal.